martes, 27 de julio de 2010

Cap.2 Despedidas

Estaba viendo la tele, cuando escuché el sonido del Messenger, que me había dejado abierto por descuido.
*Lucía dice: tía, he recibido tu mensaje, ¿cómo es que te vas mañana?
*Selena dice: pues sí, ha llegado Pedro diciéndonos que mañana nos iremos…
*Lucía dice: ¿Pero a qué hora? ¡Quiero pasar el último día contigo!
*Selena dice: No te preocupes, me voy por la noche. Pasaremos el día juntas. =D
*Lucía dice: OK, me paso por ti a las cuatro.
*Lucía se ha desconectado.
Puf... esto iba a ser muy difícil para mí.
Tirorín... otra vez el Messenger. Pero ésta vez, era David
*David dice: Hola guapísima.
*Selena dice: ¡Hola guapo!
*David dice: ¿Cómo te ha ido el día?
*Selena dice: Bien, mañana me mudo ya definitivamente... ¿Tú que vas a hacer?
*David dice: He quedado con un amigo para ir a dar una vuelta.
*Selena dice: Tened cuidado con la moto ehh... jeje
*David dice: Tu sabes que sí que lo tengo :)
*Selena dice: Bueno, tengo que irme. Mañana no voy al instituto pero madrugo para preparar las últimas cosas.
*David dice: Vale. Buenas noches princesa ¡te quiero!
*Selena dice: ¡Yo más…!
*David dice: Sabes que no =P
Y ahí ya me desconecté, porque como siguiéramos con esa conversación nos tirábamos medio año viendo quién quería más a quién.
Eran las doce y media cuando por fin me quede dormida, pero sobre la una sonó la puerta de mi cuarto.
-¡Entra!
-Selena soy yo-sonó la voz angelical de mi pequeña hermanita.
-¿Qué quieres ahora Eve? Es tarde para que estés despierta aún.
-Es que tengo mucho miedo... ¿Puedo dormir contigo?
-Bueno… Venga anda, ven aquí-le dije mientras le abría mis sábanas para que se acostara conmigo.
-Selena, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Claro enana.
-¿Vais a dejar de quererme cuando nazca el bebé?
-No tonta, ¿por qué dices eso?
-No lo sé...
-Oye, ¿qué nombre te gustaría que le pusieran?-Le pregunté para animarla un poco.
-A mí me gusta Paco.
-Si hombre...-las dos nos reímos-A mí me gusta mucho David.
-Pues claro, ¿no te va a gustar? Si aparece en todos lados en tu diario.
-Ehh, vamos a tener que hablar seriamente de lo que lees en mi diario.
-Bueno, pero la verdad es que David es un nombre muy bonito.
-Y mejor que Paco.
-Sí...-dijo mi hermanita tras un bostezo.
-Buenas noches anda.

Y llegó un nuevo día.
-¡Selena despierta es el día, es el día!-gritaba mi hermana mientras saltaba en mi cama.
-Tranquila, que ya me levanto. Pero ¿qué hora es?
-Las diez.
-Para de saltar, que como te caigas, te vas a matar.
Mi casa estaba ya completamente vacía, pero yo había hablado con Pedro para poder irnos por la noche y pasar mi último día con Lucía.
Nos pasamos la mañana haciendo el ganso, puesto que ya estaba todo en su sitio.
Decidí conectarme al Messenger desde mi ordenador portátil, que era lo único que me quedaba aún a mano, para ver si David estaba conectado.
Y no fallé.
*David dice: Preciosa, ¿A qué hora te vas?
*Selena dice: Voy a pasar el día con Lulú, y después por la noche nos iremos.
*David dice: vale, dile a Pedro que tenga cuidado con el coche eh, ¡muchos besos!
*Selena dice: pero cómo que besos, ¿es que te vas?
*David dice: si, ¿no te lo he dicho? tengo que ir con mi hermano a un sitio.
Ah, su hermano, el gran Jonathan. Era mi mejor amigo, o el único que tenía. Lo único que tenía de malo, es que se me había declarado una vez antes de presentarme a su hermano. Pero eso David no lo sabe. Jonathan era rubio con unos ojos castaños.
Era alto y con un cuerpo muy trabajado.
*Selena dice: está bien, pero ¡¡ten cuidado!! Besitos ¡te quiero!
*David dice: que sí tonta, ¡yo más!
*David se ha desconectado.
En ese momento entró Lucía por la puerta de mi vacía habitación, y nos fuimos a comer un helado.
Estuvimos hablando de muchas cosas, incluso me regaló un osito de peluche que en la camiseta tenía una foto de nosotras dos, y una pulsera que tenia la mitad de una estrella que ponía “Luulú”, y ella se había quedado otra que ponía “Seele”. Jo, cómo iba a echarla de menos. Pero siempre nos quedaría el Messenger y el teléfono, por supuesto.
-Tía mándame un mensaje al móvil en cuanto llegues a Luna, ¡eh!
-Por supuesto.
Y le di mi último abrazo, el último hasta dentro de un tiempo.
En cuanto entré por la puerta de mi casa, mi madre mi hermana y Pedro me estaban esperando, y los tres me gritaron a la vez:
-¡Nos vamos!-lo gritaron bastante contentos.
Pero yo después de la despedida con Lulú no tenía muchas ganas de nada…

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