jueves, 29 de julio de 2010

Cap.4 La playa.

Algo me recorrió todo el cuerpo, como un escalofrío.
No podía creerlo... Pero sí...
¡Era David!
Pero es imposible, ¿cómo sabía él que iba a su pueblo?
Era… uf… muchísimo mejor que en las fotos.
Su cabello era un castaño natural que deslumbraba, sus ojos… Oh, sus ojos eran increíbles, un verde color hierba que hacían que te perdieras en su mirada.
Llevaba unos vaqueros, y una camisa muy fresca, puesto que era verano. Su cuerpo era perfecto… no estaba gordo ni tampoco muy flaco.
Llevaba en la mano una caja de bombones y una cajita más pequeña.
Cuando lo vi, no pude ni moverme, me quedé tan impactada…
Pero cuando él dio un paso hacia mí, yo reaccioné y salí a correr en busca de él.
El abrazo fue bastante largo, pues estábamos deseando darnos uno desde hace mucho.
No le di ningún beso, aunque me muriera de ganas pero es que con mi familia allí… no era plan.
-¿Pero cómo…?
-Tu amiga Lulú te delató-me dijo con esa radiante sonrisa que me quita la respiración.
Su voz sonaba como una melodía, una de esas con las que al escucharlas sientes tantas sensaciones a la vez...
-No puedo creérmelo...
Íbamos a volver a abrazarnos, pero entonces la voz de mi hermana nos interrumpió.
-¡Es él!-gritaba como una loca mientras corría hacia nosotros- ¡Es él, es él!
-¿Quién se supone que soy?-preguntó el sacando otra vez su preciosa sonrisa.
-El chico que sale en el diario de mi hermana. ¡Anda! ¡Bombones! ¿Son para mí? ¡Venga!
-Pues la verdad...
-¡Sí!-interrumpí a David antes de que dijera lo contrario, porque entonces no se iría nunca.
-¡Bien!-Dijo y se fue corriendo a decírselo a mis padres.
-Bueno preciosa, puedes presentarme a tus padres, ¿no?
-¿Y no es muy pronto?
-Pero es que yo quiero estar contigo por siempre... ¡Y quiero que sea ya oficial!-Gritaba como un loco riéndose.
-No estoy segura...
-Que sí, ¡vamos!-Dijo y se dirigió hacia la mesa.
Llegamos a la mesa, donde mis padres ya estaban recogiendo para entrar dentro.
-Mama, éste es David... mi amigo.
-Anda, ¿Cómo es que has hecho amigos tan pronto?
-Lo conocía ya del “Chat”. David, él es Pedro, el novio de mi madre.
-Encantado David-dijo Pedro sonriendo.
-David, ¿quieres quedarte a cenar?-dijo mi madre.
-Claro señora, estaré encantado.
-Llámame Irina mejor.
-Por supuesto, Irina.
Cogí a mi madre y me la llevé un poco más para allá.
-Mamá, ¿qué haces?
-Cariño, sólo quiero que seas feliz, y si es tu amigo pues habrá que conocerlo, ¿no?-dijo guiñándome un ojo.
Mamá y Pedro se fueron adentro, y mi hermanita también.
-Señorita, ¿le gustaría dar un paseo por el pueblo y así se lo enseño?-bromeaba David poniéndome el brazo para que lo agarrara.
-Claro que sí, caballero-le contesté agarrándole del brazo-pero antes avisaré a mi madre de que me voy, que si no se preocupará.
Avisé a mi madre y David me llevó a dar un paseo. Me enseñó muchos lugares, y acabamos en una playa, donde nos quedamos para ver la puesta de sol.
-Hoy ha sido un día muy especial para mí.
-Para mí también, princesa. Tenía muchas ganas de conocerte y no quiero que esto acabe nunca. Cierra los ojos.
-¿Qué vas a hacer?
-Tengo algo para ti, así que cierra los ojos.
Cerré los ojos y noté cómo me retiraba el pelo. Sentí algo frío sobre mi cuello, y después cómo andaba haciendo algo en mi nuca. Después, noté como sus perfectos y perfilados labios besaban mi cuello por detrás de mi oreja.
-Ya puedes abrirlos.
Me llevé las manos al pecho, y allí descansaba un colgante.
Era un colgante precioso, tenía forma de corazón y en los bordes tenía diamantecitos, y en el centro ponía David.
-Guau, me ha encantado David.
-Es lo menos que puedo darte... ya que no puedo bajarte la luna, o las estrellas.
-Bueno, pero eso no me importa porque tengo aquí a mi lado un sol, el que me ilumina la vida… Uy, ¡ha sonado un poco cursi!
Los dos rompimos a carcajadas.
-Creo que debería acompañarte ya, se está haciendo demasiado de noche.

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