-¿Pero tía, por qué lloras?
-No puedo tenerlo, no tendría padre...
-Pero Selena, si lo tienes él será el propio recuerdo de su padre...
-No sé... pero tenerlo yo sola es mucha tela.
-Todos te ayudarán, y lo sabes.
-¿Y qué dirá mi madre?
-Pues ella hace poco ha perdido su bebé, además lo entenderá.
-Bueno, es algo que tengo que pensarme. Porque soy joven aún...
-Bueno cariño, tu haz lo que quieras.
De repente empezó a sonarme el móvil. Era Jonathan.
-¿No se lo vas a coger?
-No, no tengo ganas de hablar.
-¿Cómo que no? Tendrás que decirle que va a ser tío, venga.
Lulú me quitó el móvil, le dio al botón verde y me lo puso en la oreja. Luego, salió del cuarto.
-Ya pensé que no me lo cogerías.
-Sí, no tenía muchas ganas de hablar pero al final ya ves.
-¿Qué te pasa? Pensé que hoy estabas mejor porque venía tu amiga.
-Sí, ha llegado. ¿Puedes venir a casa? Tengo que decirte algo.
-Claro, en un momento estoy allí.
-Gracias Jonathan, eres un cielo.
-Por ti todo Sel.
Colgué el teléfono y fui a ver qué estaba haciendo Lulú.
-Selena, ¡Mira qué cosa más cuqui!-dijo enseñándome ropa de bebé que había guardada para cuando naciera mi hermanito, cosa que no iba a pasar.
-¡Tía, qué haces!
-Nada tonta, sólo quería ver ese cuarto.
-Pues ya la has visto, vámonos.
Nos fuimos a mi cuarto y se puso a colocar la ropa y a hacer el ganso en el espejo, mientras yo miraba mi correo.
-Oye tía, ¿qué vas a ponerte para Nochevieja?
-No lo sé, no sé si quiero salir…
-¡Pero qué dices! Yo no he venido para ver las paredes de tu habitación sólo.
-Bueno, pues saldré, pero no sé que ponerme.
-Pues decídete, falta una semana. ¡Yo voy a ir monísima!
-Ya, ya.
Lulú iba a decirme algo más, pero Jonathan entró por la puerta.
-Hola Jonathan.
-Hola Sel-me dijo con su sonrisita mientras me daba un fuerte abrazo. Sus abrazos últimamente me hacían sentir aliviada y protegida.
-Selena, cuando quieras me lo presentas eh.
-Eh, si, perdón. Jonathan ésta es mi amiga Lulú. Y tú ya sabes que él es Jonathan.
-Encantado Lulú-dijo mientras le daba dos besos.
-Igualmente Jonathan.
-Bueno, yo creo que tengo que ir a llamar a mi hermana para decirle que he llegado y hablar con mi sobrino-dijo Lulú, que había pronunciado la palabra sobrino una cuarta más alta que las demás, para que se lo dijera
-Vale, ven después-le contesté.
Lulú salió de la habitación riéndose.
-¿Qué tenías que decirme Sel? ¿Estás bien? ¿Te pasa algo?
-Que sí, tonto-Siempre estaba muy atento conmigo.
-Tengo que decirte algo importante, y que te dejará un pelín de piedra…
-Dime, seré fuerte.
-Jonathan, vas a ser tío.
-Cómo que tío… ¿es por Cristina no? Claro que sí, tiene que ser por Cristina por quién si no…-dijo empezando a ponerse nervioso.
-Que no Jonathan, que soy yo… estoy embarazada.
Se quedó blanco como una pared. Al rato, reaccionó.
-Selena, ¿Vas a tenerlo?
-No lo sé… es algo duro de elegir. Quiero tenerlo porque es algo que siempre tendré de tu hermano.
-Bueno Sel, decidas lo que decidas sabes que me tienes aquí para todo.
-¡Chicos, quiero conocer gente y que me enseñéis el pueblo!-entró Lulú gritando.
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