Salimos del coche y nos metimos en la casa. Había muchísima gente.
-Sel, ¿Quieres algo de beber?
-No Jonathan, pero muchas gracias. Oye, ¿Has visto a Lulú?
-Sí, se fue directamente a la pista de baile. Deberías aprender un poco de ella. Disfruta Sel, no te me hundas, ¿Vale? Ahora voy a ir a dar una vuelta para ayudar a Rafa, y tú vas a divertirte. Luego nos vemos-me dio un beso en la mejilla y se fue.
Fui en busca de Lulú, que estaba con unos muchachos hablando, así que decidí no ir. Estuve dando vueltas, hasta que encontré a Esther. Estuve un rato hablando con ella, y después se fue con Rafa, su novio.
-Oye, Jonathan te está buscando-me dijo un amigo suyo.
-Muchas gracias, Miguel.
Miguel era un chico muy amable, e inteligente. No era muy mono, pero era súper buena persona.
-¿Y cómo te va todo? Hace tiempo que no te veo.
-Ya, no suelo salir mucho. Me va muy bien, muchas gracias. Oye, ¿Sabes dónde está Jonathan?
-Sí, está en la piscina.
Fui a la piscina y allí estaba él.
-Jonathan, me han dicho que me buscabas.
-Sel, así que estás aquí. Sí, te buscaba. Creo que tengo una conversación pendiente contigo, ¿No?
-¿Cuál?
-La del bebé.
-Ah, sí-dije quitándole importancia.
-¿Ah si? Sel, no puedes pasar de todo como si no pasara nada. Estás embarazada Sel, no es ninguna tontería. Deberías aclararte un poco-parecía cabreado, nunca lo había visto así.
-Jonathan, ¿Por qué me hablas así?
-Tienes que cambiar de actitud. Desde la muerte de mi hermano eres otra.
-Es que parece que a vosotros no os afecta, mira Lulú, que sólo quiere que baile y que me lo pase bien.
-Pues claro que quiere eso Sel, quiere lo mejor para ti. Y eso de que no me afecta, Sel, era mi hermano, cómo no va a afectarme. Pero yo no puedo destrozar así mi vida por su muerte, él no querría eso. Tengo que seguir adelante, porque si me hundo no sólo se habrá quedado él sin vida, también me habré quedado yo. ¿Y sabes qué? Que tú también deberías seguir adelante, y divertirte y ser feliz no puedes acabar así con tu vida.
-Pero Jonathan...
-No, pero Jonathan no, yo te quiero mucho Sel pero me derrumbo al ver que cada día estás peor, no estudias, no haces caso a tu madre no sales a la calle... Y ahora vas a tomar una decisión muy importante, así que hazme el favor de tomarla cuando tengas la cabeza en su sitio.
En cuanto terminó empezó a llorar. Yo no sabía qué hacer, si echar a correr, o llorar... Elegí echar a correr. Sin pensar, que enfrente de la casa de Rafa había un bosque.
-¡Sel! ¡Espera!-me gritó Jonathan, pero yo ya estaba decidida.
Me adentré tan adentro que ya no veía nada... Estaba perdida. Pensé sacar el móvil pero recordé que lo tenía Lulú. Así que decidí volver por la dirección donde había venido.
No sabía ni qué hora era ni dónde estaba, pero por mi cansancio creo que estuve más de una hora caminando. Estaba todo muy oscuro, aunque se veía algo de la luz de la luna debajo de los árboles más bajitos.
Escuché un ruido muy extraño, como de un animal, así que empecé a correr sin rumbo fijo. De repente empecé a oír voces en mi cabeza. Escuchaba a Lulú decirme que tenía que pasar página y David que debía seguir con mi vida y escoger una decisión sobre el bebé, y con todo eso en la cabeza no miré por dónde pisaba, me tropecé, y al caer debí darme un golpe en la cabeza, porque no recuerdo nada.
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