jueves, 29 de julio de 2010

Cap.29 Mi padre.

Estaba en mi cuarto tumbada en la cama esperando que sonara el despertador para el instituto ya que no podía dormir. Hoy como cada día, Jonathan vendría a por mí. Aunque hoy no me encontraba bien. Llamaron a la puerta de mi cuarto, y tuve que levantarme a abrir, ya que había cerrado el pestillo por la noche.
Abrí y volví a la cama, era mi madre.
-¿Podemos hablar?
-Sí.
-Es que me pilló de sopetón lo de... tu embarazo. Cielo, ¿tú estás segura?
-Sí.
-¿Sabes la responsabilidad que supone? No podrás salir cuando se te antoje como ahora, y no podrás estar en el instituto. Y tampoco es como un novio que puedes dejar.
-Mamá, ¿en algún momento te arrepentiste al tenerme?
-No, eso nunca.
-Entonces déjame tener a David. Tú y Pedro podréis ayudar y Jonathan siempre estará ahí.
Sus abuelos paternos también estarán.
-Está bien, pero sólo hazlo si de verdad lo deseas.
-Sí mamá-me dio un beso en la frente y se fue.
Entonces algo salió de mi cama y se lanzó sobre mí.
-¡Toby! ¿Cómo has entrado?-le dije acariciándolo.
Estuve tonteando con él hasta que alguien entró en mi cuarto.
-Sel, ¿estás bien? Tu madre me ha dicho que no tenías buena cara.
-La verdad es que no me encuentro muy bien.
-Pues ya está, nos quedamos aquí.
-Pero vas a perder clase, y yo también.
-Da igual, después la justificamos.
-Bueno, como digas.
Se sentó al lado mía en la cama y me encendió la televisión.
Llamaron a la puerta y gritamos que entrara, porque no estaba cerrada con pestillo.
-Cielo, vais a llegar tarde al instituto.
-Es que no se encuentra bien
-¿Tú también vas a quedarte aquí?
-Sí, me quedo cuidándola por si necesita algo.
-Está bien, si necesitas algo llámame al móvil, voy a llevar a Evelyn al colegio y después me iré a trabajar. Si no lo contesto, llama a Pedro-me dio otro beso en la frente y se fue.
-Sel, ¿y este piano?
-Me lo compró mi madre para que lo tocara, porque hacía tiempo que no tocaba ninguno.
-¿Puedes tocarme un poco?
-¿Cómo?-se me abrieron los ojos como platos.
-El piano, quiero decir.
-Ah, claro.
Le cante una canción tocándola con el piano. Fue la de "Cuando no estás" de María Isabel.
Se la solía cantar a mi hermana cuando se ponía triste por mi padre.
-¿Cómo se llamaba?
-¿Qué?
-Tu padre, ¿cómo se llamaba?
-Ah, Joaquín.
-Me gusta-dijo sonriendo-¿Y a qué se dedicaba? Oye, contesta sólo si quieres.
-Era músico. Componía canciones para grupos y artistas que estaban empezando. A mí siempre me tocaba el piano.
-Seguro que desde arriba te ve y está orgulloso de ti.
-Sí-los dos sonreímos.

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