Me despertó Jonathan un poco antes de la hora de comer.
-Sel, ¿tienes hambre?
-No, no me apetece nada.
-Como quieras. ¿Dónde está Toby?
-No lo sé, estará durmiendo.
-¿Qué hora es?
-La una y media.
-¿Qué has estado haciendo?
-Mirarte-era un hobby muy típico de Jonathan, mirarme mientras dormía.
-Voy a tener que dormir con máscara.
-Te la quito-dijo con su amplia sonrisa en la cara.
-Entonces me habré despertado.
-No, con lo profundamente que tú duermes seguro que no te habrías enterado-eso me sonrojó.
-Eres odioso.
-Pues tú no lo haces.
-¿El qué?
-Odiarme.
-No estés tan seguro.
-Eh, no te enfades que mi niño tiene que nacer feliz.
-De eso quería hablar contigo.
-¿Qué pasa?-dijo posando su mano sobre mi barriga.
-¿No te da nada tenerlo conmigo siendo de tu hermano?
-Pues la verdad, aunque debería, no. Al revés, siento que como él no está, tengo que asumir esto yo. No sé, es como me siento. Y lo voy a querer como mi hijo que será.
-Me alegra tenerlo contigo. Oye, tengo que mandarle un e-mail a Lulú, me preguntó cómo iba la cosa.
-Vale, yo me quedo aquí tirado.
-Vago-me sacó la lengua.
Empecé a escribir el e-mail.
“¡¡Lulú!!
¡Me alegro que te vaya bien!
Yo esto lo llevo como puedo… Tengo fatiga a todas horas y no paro de vomitar…todo…TODO apesta para mí. Y a veces incluso sangro ¡por la BOCA! Puag… Dicen que al cuarto mes se me pasara un poco… y entonces vendrá ¡el barrigón! jeje bueno, supongo que esto al final merecerá la pena :) bueno cariñín te dejo que está aquí Jonathan ;) ¡¡Te quiero…!!
Yamismojuntitasotravez :) (LL)”.
Le di al botón enviar y apagué el portátil.
-Tengo hambre-me dijo Jonathan.
-Pues come.
-Pero baja conmigo.
-Ay, ¡tontito! Venga vamos.
Me puse unas zapatillas y bajé con él.
Se hizo una pizza en el horno mientras yo me puse a ver la televisión, que estaban empezando
“Los Simpsons”. Al ratillo, llegaron mi hermana y mi madre.
-¿Habéis comido?
-Sí-contesté yo-nos vamos para arriba.
Jonathan recogió las cosas y subió conmigo.
-¿Qué vas a hacer hoy?
-No sé si quiero salir.
-Pues yo tengo que ir a arreglarle el ordenador a Luis, que antes lo hacía mi hermano, y ahora me toca a mí.
-Vale, yo me quedo aquí viendo alguna película.
Estuvimos viendo la televisión hasta las cuatro, que se tenía que ir.
-¿Seguro que estarás bien?
-Que sí, vete ya-me dio un beso en la mejilla y se fue.
No me dio tiempo a tumbarme en la cama y ya estaban llamando a la puerta de mi cuarto.
Era Eli.
-Hola Eli, pasa.
-Hola. ¿Por qué no has venido a clase?
-Digamos que estoy enferma.
-Te he traído los apuntes que hemos dado.
-Muchas gracias-dije sonriendo.
-Me he cruzado con un chico por las escaleras, ¿es tu novio?
-Bueno, más o menos. No me gusta usar la palabra novio en éste caso, no sé.
-Vale, como quieras.
Me encantaba que Eli no fuera cotilla, y sabía que podía confiar en ella y seríamos buenas amigas.
-¿Te ocurre algo? Te noto distante.
-Sólo pensaba. Oye, ¿quieres que hablemos de nuestras vidas?
-Claro-dijo sonriendo-me gustaría que nos conociéramos más.
Estuvimos toda la tarde juntas y le conté todo lo que me había pasado desde que vivo aquí.
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