jueves, 29 de julio de 2010

Cap.33 Planes.

Tenía pensados algunos planes. Mamá y Pedro me ayudarían económicamente al principio, hasta que mi niño tuviera unos meses. Después cuando Jonathan pudiera encargarse del bebé mejor, llamaría a Javi para ver si lo de mi disco sigue en pie.
En verano Jonathan trabajaría, a la vez que se saca el carnet de conducir, puesto que el cinco de agosto cumplía los dieciocho.
-Selena, ¿estás bien?
-Eh, sí, sí-me había quedado empanada pensando.
-¿En qué piensas?
-En los planes que te he dicho.
-Ay tonta, deberías estudiar algo.
-Cuando llegue a casa.
Jonathan estaba haciendo los deberes y yo estaba tumbada en su cama viendo la televisión.
-Tengo muchísimas ganas de verlo. Sólo de pensar cómo será, es que me entra algo por la barriga-dijo Jonathan entusiasmado.
-Sí, supongo que no podré ir a la excursión de fin de curso-dije bromeando.
-No te quejes bonita, te recuerdo que en 2º de Bachiller se hace también una-los dos sonreímos.
-Bueno, después todo va a valer la pena.
-Pues claro que sí-sonreímos y él siguió con los deberes.
Ya eran las ocho, y yo no tenía ganas de quedarme en casa.
-Jonathan, ¿porqué no salimos hoy?
-No sé, como tú quieras.
-Pero no tengo ganas de discotecas, si no algo más tranquilo.
-¿A qué te refieres?
-Creo que sé el sitio perfecto-sonreí y me puse a llamar a gente.
Llamé a Esther y Rafa, también a Eli y a Miguel. A Cristina se lo dije en persona, ya que estaba en casa, y ella llamaría a Xiza.
Cuando me dijo lo de Xiza se me vino a la cabeza la imagen de Dani, el camarero de la cafetería.
-Jonathan.
-¿Qué?
-¿Conoces a Dani? ¿El de la cafetería?
-Sí, íbamos al mismo equipo de fútbol.
-Y por casualidad, ¿tienes su número?
-Sí, cógelo de mi móvil.
-Necesito un favor.
-¿Cuál?
-Llámalo tú. Dile que nos vemos en "La tapa" a las diez.
La tapa era un bar que me gustaba mucho, la comida estaba muy buena.
-Vale, voy al baño y de paso lo llamo.
-Yo mientras miro mi Tuenti.
Jonathan se fue y yo cogí el ordenador.
Se había dejado el Messenger abierto, así que me disponía a cerrarlo, pero alguien me habló.
Su nick me extrañó, pues tenía puesto "contacto".
*Contacto dice: esta noche a las once en punto donde siempre.
*Jonathan (LL) Selena (LL) (H) ¡ya queda menos! (H) dice: ¿para qué?
*Contacto dice: quedan unas cuentas pendientes.
Supuse que era la de la deuda, así que le contesté lo que quise sin avisar a Jonathan.
*Jonathan (LL) Selena (LL) (H) ¡ya queda menos! (H) dice: ya está todo arreglado, no tenemos porqué quedar.
*Contacto dice: como no vengas te arrepentirás.
*Jonathan (LL) Selena (LL) (H) ¡ya queda menos! (H) dice: vale, iré, pero mañana.
*Contacto dice: mañana a las cinco donde siempre.
*Jonathan (LL) Selena (LL) (H) ¡ya queda menos! (H) dice: en la fábrica, ¿no?
*Contacto dice: sí, ¿dónde si no…?
*Jonathan (LL) Selena (LL) (H) ¡ya queda menos! (H) dice: iré discreto para que no me sigan
*Contacto dice: adiós.
Se desconectó, y yo hice lo mismo. Después, entró Jonathan.
-Dice que vendrá, y que gracias por contar con él.
-Genial-dije sonriendo.
-¿Qué estás tramando ya?
-Nada, nada. Tengo que irme a casa para arreglarme, adiós-le di un beso en la mejilla y me fui.
Abajo, me encontré con Cristina.
-¿Dónde vas?
-A mi casa, a prepararme para ésta noche.
-Pues te llevo, que tengo que ir a la casa de Xiza.
-Claro, gracias.
Cogió las llaves y salimos afuera.
Ya estando en el coche no sabía si contarle lo del “contacto”. Al final, decidí hacerlo.
-Cristina, ¿te acuerdas de la muchacha de antes?
-¿La de la fábrica?
-Sí, eso.
-Sí, ¿qué pasa?
-He quedado con ella para mañana. Me haré pasar por Jonathan.
-Pero, ¿tú estás loca?
-Quiero saber porqué quería David tanto dinero. Me pongo muy tapadita y ya está.
-Ten cuidado.
-Tranquila, pero de esto nada a Jonathan.
-No diré nada.
Llegamos a mi casa y él se fue hacia la de Xiza.
Entré y mi perrito vino corriendo hacia mí.
-¡Toby!
Lo cogí, y subí a mi habitación.
-¿Qué me pongo yo Toby?
“Como si me fuera a contestar” pensé.
No sabía qué ponerme y me tiré mucho rato delante del armario, imaginándome con la ropa que iba viendo.
-¡Cielo, tu amiga!-gritó mi madre.
-¡Que suba!-contesté yo.
Alguien abrió la puerta, era Eli.
-¡Qué guapa!-le dije.
Venía súper guapa, con un vestido morado no muy arreglado, unos zapatos negros sin tacón, con el flequillo hacia delante planchado, y lo demás rizado y suelto.
-¿Cómo es que no te has arreglado?
-No me ha dado tiempo. ¿Qué hora es?
-Las nueve y media.
-¡¿Ya?!
-Venga, arréglate.
-No sé qué ponerme-dije avergonzada.
-Anda, ve a ducharte y te elijo la ropa para cuando vuelvas.
-Vale.
Fui a ducharme, no tardé mucho, y me fui para mi cuarto con una toalla alrededor el cuerpo.
-Venga, me salgo y te vistes. ¡Ya estás tardando!
Salió de mi habitación y miré lo que había encima de la cama. Era el vestido de mi último cumpleaños. Me vino a la mente unas imágenes no muy buenas, pero después me vinieron unas geniales. No lo pensé dos veces y me lo puse. Me puse unos zapatos rosa fucsia y los complementos del mismo color.
-¿Estás ya?
-Sí, entra.
-¡Qué guapa! Oye, perdona por cotillear, pero he visto en tu joyero un colgante de corazón precioso, no me mates-era el colgante de David, en forma de corazón con perlitas alrededor y que ponía
David-¿por qué no te lo pones?
-Bueno, digamos que lo tengo reservado-dije sonriendo.
-Oye, que son las diez, vámonos.
-¿Andando?
-No, nos esperan en la puerta.
Bajamos y allí estaban el descapotable negro de Cristina, con Xiza, y Esther dentro.
Cristina conducía y Xiza estaba de copiloto, mientras que Esther estaba atrás esperándonos.
Las tres chillaron y se pusieron a cantar a toda voz como locas. Estaban todas guapísimas.
-¡Vamos!-gritó Eli bailando hacia el coche.

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