jueves, 29 de julio de 2010

Cap.47 Papeleos.

Mi vida estaba pasando una etapa estupenda, mi novio me quería, mis amigos me apoyaban, y mi bebé estaba a punto de salir. Cristina tenía casi todos los papeles y los requisitos mínimos para adoptar a Jennifer. No iba a ir al viaje que tenía previsto a El Castillo, ya que tenía que estar aquí cuando Jennifer fuera a vivir con su familia, a la que ya conocía. La adopción debería haber durado mucho más tiempo, pero como la encargada de adopciones dijo, Cristina tenía puntos extra al ser su verdadera madre.
-Qué pena me da que no vayas a venir-me dijo Lulú por la videollamada del Messenger.
-Bueno, si a ti te queda poco para venir, a ver, ¿qué día vienes?
-Voy el día 22, el día que me dan las vacaciones.
-Para eso no falta nada.
-Ni medio mes.
-Pues ven cuanto antes, no vaya a ser que te pierdas el parto.
-Eso ni loca, no me lo pierdo por nada.
-Pues mejor. Bueno cariño, que voy con Cristina a terminar con los papeleos de la adopción.
-Venga loca, te quiero.
-Yo más.
Me desconecté y me fui a ducharme. El agua estaba perfecta nada más abrir el grifo, así que no la toqué. La verdad, es que la ducha me sentó fenomenal.
Salí con cuidado, ya que no quería resbalarme, y me sequé. Me vestí con mi ropa súper ancha y mis zapatos más cómodos. Bajé y tras coger algo de picar, salí a la puerta y me senté en una tumbona a esperar que viniera Cristina con el coche, pues no me apetecía ir andando a ningún lado.
Cuando vi el coche, cogí mis llaves y mi móvil y salí tan rápida como pude.
-Vamos gorda, que no podemos llegar tarde.
-Ya voy, tranquila.
Cristina ya se llevaba estupendamente con Jenny. Eran uña y carne. Desde aquel día, Cristina iba todas las mañanas a verla, y yo también. Se notaba que quería recuperar el tiempo perdido, y que iba a ser muy buena madre.
Jenny aceptó a Cristina, y la quiere mucho. Pero que Cristina sea su madre, no ha cambiado nada entre nosotras, ella me quiere y yo la quiero también muchísimo.
Por el camino no hablamos mucho, pues íbamos con la música puesta. Sonaba la canción de David Guetta, “Sexy Bitch”.
-Joder, no hay aparcamiento.
-Tranquila, aún faltan unos minutos, no llegas tarde.
Por fin conseguimos encontrar un aparcamiento, ya que un coche gris metalizado se iba.
Entramos adentro y fuimos al despacho de la encargada de adopciones. Llamamos a la puerta, y nos dijo que entráramos. Nos sentamos, y se calmó un poco el ambiente.
-¿Han rellenado los papeles que les entregué?
-Sí, aquí los tiene-le dijo Cristina entregándole un taco de papeles. Le temblaba toda la mano.
-Relájese Cristina, la niña ya es prácticamente suya, es más, mañana podrá llevársela.
-¿En serio?-dijo con una sonrisa enorme en la cara.
-No me lo puedo creer…-es lo único que pude decir.
-Muchas gracias de verdad.
-Cristina, no tienes que dármelas, sé lo que es tener un hijo de adolescente.
-Estoy tan impaciente…
-Tendremos que hacerle una visita a la semana de tenerla allí, después a las dos semanas, después al mes, y así hasta que no haga falta.
-¿Puedo saber para qué las hacen?-pregunté.
-Pues para asegurarnos de que la pequeña está bien y en un ambiente adecuado para ella.
-Vale, muchas gracias de verdad. Mañana por la mañana estaremos aquí.
-Les estaré esperando.
-Adiós Sra. Sánchez, gracias.
-De nada chicas.
Salimos de allí y empezamos a dar saltos de alegría, parecíamos dos locas, cualquiera que nos viera pensaría que no estábamos muy bien de la cabeza.
-Vamos a decírselo a Jenny.
-Pero Sel, no podemos verla está en clase.
-Ya ves tú qué problema…
Salí a correr rumbo hacia la clase de Jenny, y a llegar llamé a la puerta.
-¡Adelante!-gritó la maestra.
Abrí la puerta y entré.
-Hola Carla, me preguntaba si podía salir un momentito Jennifer, tenemos que decirle algo.
-Claro, espera que la busque porque están todos por aquí jugando como locos…-Carla era súper amable, y le encantaban los niños. Se volcaba por completo en su trabajo ya que le gustaba mucho. Era alta y delgaducha, de piel blanca y pelo moreno. Solía llevar la melena atada en una coleta alta, y usaba gafas-Jennifer, ¡está aquí Selena!
-¡Mamá! ¡Selena!-salió a correr en busca nuestra y se tiró encima de la madre, que la cogió en brazos.
-Ahora la traemos Carla, muchas gracias.
-De nada hombre-dijo con una sonrisa.
Fuimos a un banquito que había en el pasillo para decírselo.
-Jenny, queríamos darte una noticia. Es una sorpresa-le dije muy ilusionada.
-¿Chuches?-dijo muy contenta.
-No, no son chuches cariño. Es mejor, pero no te lo vamos a decir.
-¿Por qué?
-Es broma boba, ¡vas a venirte a vivir a casa!
-¡Bien! ¡Bien! ¡Bien!-repitió dando saltitos y chillando.
Carla, al oír los gritos salió para ver qué pasaba.
-¿Qué ocurre con tanto chillido?
-¡Me voy a casa! ¡Me voy a casa!
-¿De verdad?-dijo mirándonos.
-Sí, me llevo a mi pequeña a casa, que es donde debe estar-dijo muy satisfecha Cristina.
-No sabes cuánto me alegro chicas. Jennifer, corre y díselo a tus compañeros.
-No, si yo me voy a casa, díselo tú.
Las tres comenzamos a reírnos.
-No Jenny, te vienes mañana-le dije con dulzura-ahora tienes que despedirte de tus compañeros, y después hacer la maleta, que seguro que Carla te ayuda, y mañana por la mañana vendremos a por ti.
-Vale-dijo pegando saltitos aún.
-Adiós cariño-dijo Cristina dándole un beso y un abrazo.
-Adiós mamá-después vino hacia mí e hizo lo mismo.
Las dos salimos y nos montamos en el coche.
Ya por el camino, me paré a pensar en una cosa.
-Cristina, ¿dónde va a dormir Jenny? No tenéis habitaciones libres, ¿verdad?
-Bueno… mi familia y yo habíamos decidido que ocupara la habitación que queda vacía…-dijo indecisa-la… la habitación de David.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. No me lo esperaba para nada.
-Ah, vale.
Estuvimos calladas hasta llegar a mi casa.
-Sel, ¿te has enfadado?
-No, no, tranquila. Jenny tiene que tener una habitación, y hay que pasar página ya…
-Lo siento.
-Da igual, me voy.
-Oye, esta tarde las chicas y yo vamos a la playa, quieres venirte?
-Claro.
-Pues a las cuatro allí, hasta luego.
-Adiós.
Entré en casa y después de saludar y dar la noticia de Jenny, me subí a mi habitación, pues no tenía hambre.
¿Qué pensarían hacer con las cosas de David, tirarlas? No podía ser… Yo quiero mucho a Jenny, y comprendo que necesita esa habitación… pero me ha pillado tan desprevenida… bueno, supongo que es lo que necesitaba para pasar página. Habría sido muy duro también para ellos, así que si es lo que habían decidido, lo aceptaba.
Me puse a tocar un rato el piano, ya que me aburría bastante.
-Cielo, ¿puedo entrar?-me dijo mi madre abriendo la puerta de mi habitación.
-Claro, entra.
-Vengo a avisarte, que no se te olvide que mañana tienes que ir al instituto que tienes 4 exámenes.
-¡Ay mi madre! ¡Los exámenes!
-Selena, no eh, que te conozco, prometiste que dejabas el instituto pero ibas a los exámenes por lo menos para sacarte el graduado, no me seas mentirosa.
-Sí, si los exámenes no son el problema, me los estudio en nada, pero es que mañana sale Jennifer del orfanato, para vivir en casa de Cristina y Jonathan…
-¿A qué hora es?
-Pues iremos sobre las diez de la mañana.
-Pues mira tu horario, y si no coinciden tendrás que ir a los exámenes, y ver a Jennifer en otro momento.
Miré mi horario, y tenía un examen a las 9, otro a las diez, otro a las doce, y otro a las dos.
-Pero mamá, yo quiero ver a Jennifer.
-Lo siento cielo, Dios antes que los santos.
-Pues vaya.
Mi madre salió de la habitación y yo llamé a Cristina para contarle que no podía ir. Qué chasco iba a llevarse Jenny al no verme allí. Bueno, a lo mejor si terminaba pronto el de las nueve y pedía que me dejaran hacer el otro en esa hora, me daba tiempo a salir. Pero, las posibilidades eran mínimas.
Ya llegaba la hora de ir a la playa, así que cogí mi bolso y metí dentro mi móvil, mis llaves, mi libro, mi mp5 y un pareo largo para sentarme en la tumbona.
No llevé bikini, pues no quería bañarme, me llevé un vestido cortito ancho.
A las cuatro menos diez, llamé a Cristina para que viniera a por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario