lunes, 2 de agosto de 2010

Cap.48 Playa con las chicas

No tardó en venir a por mí, y cogimos rumbo a la playa.
-¿Seguro que no te has enfadado porque utilicemos la habitación de David?
-No. Bueno, molestarme no, pero al principio me quedé un poco de piedra. Si vosotros lo habéis decidido pues ya está. Además, es para Jenny, y eso me quita el disgusto.
-Bueno, vamos para allá.
-¿Con quién has quedado?
-Con Eli y Esther, que estarán ya allí.
-Pues vamos.
Al ratito llegamos a nuestra playa habitual. Nos encantaba porque no solía ir mucha gente, y eso que es de las mejores.
Al llegar coloqué mi pareo en la tumbona y como su nombre indica, me tumbé. Mis amigas se fueron a bañarse, y yo me quedé leyendo.
“El recuerdo es lo único que te queda…” pensé. Pero rápidamente borré eso de mi cabeza. Me quedaba David Jr. Que, aunque fuera a criarlo con Jonathan, era de David. Yo quería mucho a Jonathan, pero no llenaba del todo el vacío que David dejó… es tan grande… espero que entre él y David Jr. lo rellenen, porque es un calvario cada vez que oigo su nombre…
No me había dado cuenta, pero las chicas ya habían vuelto.
-Cristina, antes de que desarméis el cuarto de… ya sabes, me gustaría entrar a verlo.
-Claro.
-¿Cómo que desarmar? ¿Qué estáis liando ya?-dijo Esther.
-¡Ala! ¡No os lo he contado! ¡La peque a partir de mañana duerme en casa!
-¡Es genial tía!-gritó Eli.
-Enhorabuena mami-dijo Esther.
-Sí, tendremos que comprarle cosas y ropita y todo, este fin de semana iremos, porque no pienso ir mañana miércoles, estaré todo el día con la niña.
-¿Dónde dormirá hasta el fin de semana?-pregunté.
-Conmigo.
-Qué bien, me alegro mucho de verdad-dijo Esther emocionada.
Sabía que Cristina no tenía culpa de nada, pero me sentía mal… No quería culparla, pero de alguna manera mi cerebro actuaba por sí mismo. Por supuesto, nunca culparía a Jennifer.
Volví al libro, para librarme un poco de mis cosas.
-Oye Sel, estarás muy emocionada ¿no? Este fin de semana llega Lulú-dijo Eli.
-Sí, ya tiene todo preparado.
-Venga Sel, no sé qué te pasa, pero anímate.
-No es nada, es el cansancio.
-Bueno, me voy al agua otra vez-dijo Cristina.
-¡Y yo!-dijo Eli mientras corría tras Cristina.
-Ahora os sigo, chicas-dijo Esther.
-¿Por qué no vas con ellas?
-Vamos Selena, te conozco bastante bien como para saber que algo te pasa.
Suspiré profundamente.
-Van a darle la habitación de David a Jennifer.
-Lo siento… pero si lo han decidido, es porque no tienen otra salida, ¿no crees?
-Ya lo sé, eso es lo que yo he pensado, pero aún así, duele…
-No te preocupes, lo superarás-dijo abrazándome.
-¡Ey, chicas!-sonó una voz detrás de nosotras. Nos giramos, pero sabíamos perfectamente quién era por la voz.
-¡No me lo creo! ¿Estás viva?-dije en plan broma. Desde que Xiza estaba con Dani apenas la veíamos. De hecho, ahora mismo estaba con Dani.
-Sí, estoy viva-dijo riéndose.
-Espero que no me odiéis por habérosla robado-dijo Dani un poco en broma, pero se notaba que realmente pensaba que lo odiábamos por ello.
-Tranquilo Dani, que no te tenemos tirria aún-dijo Esther sonriendo.
-¿Dónde vais?-les pregunté.
-Pues estábamos dando un paseo y os vimos.
-¿Os vais a quedar un ratito? Para irme un poco a bañarme que tengo calor, y no quiero dejarla sola-dijo Esther señalándome.
-Claro, nos quedamos con ella-contestó Xiza.
-Bueno, ¿cómo os va todo?
-Genial Selena, nunca sabré cómo agradecerte que me llamaras esa noche para salir con vosotros-me dijo Dani.
-No es nada, eso es lo que hacen las amigas-miré a Xiza sonriendo y ella me devolvió la sonrisa.
-¿Para cuándo sale el peque?
-Pues se supone que no falta mucho, pero no sé, creo que no quiere salir-los tres comenzamos a reírnos.
-¿Y dónde está el papi?-dijo Dani.
-Pues la verdad no lo sé, se me ha pasado llamarle con toda la locura de la niña…
-¿Qué niña?-preguntó extrañada Xiza.
-La hija de Cristina, Jennifer. Mañana se la dan oficialmente.
-¡Qué bien! Voy a felicitarla, ahora vuelvo-me dijo Xiza mientras se iba.
-¿Algún problema?-dijo Dani.
-¿Cómo?
-Tienes pinta de estar preocupada por algo, ¿pasa algo?
-No, no es nada.
-Bueno, si quieres algo ya sabes, yo sé escuchar a las personas, y creo que aconsejo bien.
-Muchas gracias Dani-dije con una sonrisa. No sabía que Dani era así, claro que tampoco lo conocía mucho como para saber si él era así siempre-¿cómo te va el trabajo en la cafetería del instituto?
-Pues bien, no tengo problemas. Hace tiempo que no te veo por allí, ¿tengo que preocuparme?-dijo sonriendo.
-No, es que sólo voy para los exámenes. Mañana, por ejemplo, tengo cuatro.
-Guau, cuatro exámenes, qué burrada para alguien que no va a clase.
-Bueno, he tenido alguna ayuda de Eli, que me pasaba el temario y me explicaba las cosas.
-Pues qué suerte tener una amiga tan buena.
-Sí, me apoyan mucho.
-Bueno Dani, tenemos que irnos-dijo Xiza llegando a nuestra posición.
-Claro, como usted mande damisela-siempre bromeaba.
-Bueno, adiós Selena, cuídate mucho y si pasa algo ya sabes, llámame que no dudaremos en ayudarte.
-Muchas gracias Xiza, hasta luego.
Se fueron y yo saqué mi móvil, para ver si tenía llamadas perdidas de Jonathan, que efectivamente, tenía. Y no sólo una. Hasta había un mensaje.
“Selena cariño, ¿dónde estás? Te he llamado varias veces pero no me contestas, estoy preocupado, llámame cuando puedas, te quiero”.
Lo llamé en cuanto terminé de leer el mensaje.
Al primer toque lo cogió, se ve que estaba atento al móvil.
-Jonathan, siento no habértelo cogido antes… no tenía el móvil a mano-mentí. Si le decía que lo tenía en silencio me mataba, porque ahora que quedaba poco para dar a luz, tenía que tener el móvil en condiciones para llamar o recibir llamadas, por si acaso.
-[…]
-Tranquilo, enserio no me ha pasado nada.
-[…]
-En la playa, con tu hermana, Eli y Esther.
-[…]
-Sí, en la playa de siempre.
-[…]
-Vale, si te vas a quedar más tranquilo ven, pero que yo estoy bien.
-[…]
-Yo también te quiero.
Colgué el teléfono y lo guardé de nuevo en mi bolso.
Las chicas no salían del agua, y la verdad me estaba aburriendo un poco. No es que no pudiera bañarme, es que no quería. Para mi suerte, al rato llegó Jonathan.
-¡Sel! Me tenías preocupado…
-Ay, mi niño que se preocupa-le dije abrazándolo.
-¿Qué ha pasado al final con los exámenes?
-Bueno, mañana tengo cuatro exámenes, y las demás asignaturas no me quieren hacer exámenes, dicen que si quieren que apruebe tengo que hacer un trabajo sobre todos los temas.
-¿Y cuándo piensas hacerlo? Venga, vamos a casa y te ayudo.
-Vale, avisa a las chicas, que yo recojo mis cosas.
Avisó a las chicas, y nos fuimos para mi casa.

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