jueves, 5 de agosto de 2010

Cap.49 Vueltas y vueltas

Tenía la cabeza loca, entre los exámenes para el día siguiente, los trabajos, mis ralladuras tontas sobre la habitación de David… ¡Me iba a estallar la cabeza! Para mi suerte, y como siempre, tenía a Jonathan ayudándome, qué mono. Sabía que iba a ser un padrazo, ya que siempre me está cuidando.
-Selena, mañana te juegas el graduado, ¿quieres estudiar o no?
-Sí, sí. Explícamelo por favor.
Estuvo explicándome cosas que no entendía, ya que él había dado todo eso. Entre los dos habíamos hecho un montón de trabajos, y me estaba ayudando a estudiarme los exámenes. Estaba muy cansada, pues llevaba un día movidito.
-Para cuando llegues del instituto ya tendrás a Jenny aquí, estarás contenta, ¿no?
-Bueno, aquí no la tendré, la tendré en tu casa, en el cuarto de tu hermano.
-Sel, nos ha costado mucho tomar esa decisión, por favor, respétala…
-¿He dicho yo algo?
-No, pero sé que no estás bien, y puedo imaginar que se debe a eso.
-Mira yo la respeto, sólo es que no estaba preparada… No me lo esperaba.
-Nosotros tampoco, pero es la única opción. Jennifer ahora es pequeña, podría dormir con Cristina, de hecho lo hará mientras se hace el cambio, pero ella irá creciendo y tiene que tener su habitación. No veo a Cristina muy por la labor de irse a vivir sola con la niña, al menos hasta que tenga un novio o algo…
-Ya lo sé, ya lo sé… No quiero estudiar más.
-Pero, ¿te lo sabes todo?
-Que sí, si tengo memoria prodigiosa, además que Eli me explicaba cada día lo que iban dando, tengo muchos apuntes y me los sé.
-Pues nada, ¿qué quieres hacer?
-Dormir.
-Ala, qué indirecta, ¿ya me echas?
-No, quédate si quieres.
-No, da igual. Tengo que hacer cosas en casa, como preparar las cosas para el recibimiento de Jennifer.
-¿El recibimiento?
-Sí, la fiesta sorpresa.
-Y tan sorpresa, ni siquiera yo lo sabía…
-¿No? Pensé que mi hermana te lo había contado.
-Da igual, si yo estaré de examen. A las dos y algo me pasaré, cuando acabe los exámenes.
-Vale cariño. Me voy, que no te noto muy de humor, te quiero bebé-dijo besando mi barriga-, a ti también mami, no te me enfades- me besó en la mejilla y me dio un corto beso en los labios. Después, se fue.
¿Qué me pasa? ¡Tengo que pasar página!
En la oscuridad de mi habitación me paré a pensar, no sabía qué hacer para matar el tiempo. No tenía sueño, aunque ya era algo tarde, las doce y media, y mañana tenía mucho que hacer… Entonces, se me ocurrió una idea, podía llamar a Lulú.
Lo intenté varias veces, pero no me lo cogía, qué raro, ella siempre tenía el móvil disponible, fuese la hora que fuese… Nada, opción descartada.
Pensé en volver a estudiar, pero me aburría, me lo sabía todo muy bien. En mi casa ya dormían todos, desde Pedro hasta el perro.
¿Y una película? No me decidía por ninguna, y también lo descarté. Pensé componer algo, pero era muy tarde y despertaría a todo el mundo con el piano.
Puse la televisión, un tarot de esos…
-Hoy, día veinte de junio, tenemos un eclipse de luna…-decía la chalada.
¿Qué? ¡Día veinte! ¡En dos días llegaría Lulú!
No podía creérmelo… mi bebé llegaría en cualquier momento, era genial.
Al final, decidí acostarme, estaba harta de dar vueltas.

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