Me desperté sobresaltada, y eso que el despertador no había sonado. Habría sido una pesadilla, la verdad es que no me acordaba. Odiaba eso, el tener una pesadilla y no acordarme de ella, aunque a veces es bueno. No como los sueños, eso siempre era malo olvidarlo. Un sueño, en el que todo es perfecto y la vida es tan fácil…
Volví a sobresaltarme, ahora sí, el despertador.
Lo apagué, y me levanté. Me duché lentamente, ya que tenía tiempo y estaba aún adormilada. Me peiné y me puse la primera ropa que pillé, en mi estado no me paraba casi nunca a elegir ropa. Preparé la mochila con los apuntes y las cosas que necesitaría y bajé a desayunar. Me comí unas tostadas con aceite y sal y me preparé un zumo de naranja.
-Selena, ¿vas otra vez al colegio?
-Sí, hoy tengo que ir Eve, porque tengo que hacer unos exámenes.
-Por cierto, como no te vayas ya no vas a llegar a tiempo-dijo mi madre soltando la taza del café en la mesa.
-Vale, me voy.
-Pero, ¿Y Jonathan?
-No he quedado con él, me voy sola.
-¡De eso nada! Yo te llevo, vamos.
Cogí mis cosas y me metí en el coche a esperarla, pues ella tenía que buscar las llaves, nunca las dejaba en su sitio y después no las encontraba.
Por fin llegó y nos montamos en el coche.
-¿Vas a ir a la fiesta sorpresa para Jennifer?
-No sabía nada, pero ya que lo dices habrá que ir, ¿no?-dijo sonriendo.
Llegamos al instituto y me bajé corriendo, pues llegaba tarde. Entré en clase y todo el mundo vino hacia mí, para preguntarme cosas sobre el bebé y sobre mí, pues hacía mucho tiempo que no iba a clase.
El primer examen era de matemáticas. Los que no pudimos hacer el examen el día previsto, nos fuimos a una clase vacía, y lo hicimos allí. No éramos muchos, unos cuatro o cinco.
Terminé el examen y esperé que los demás hicieran lo mismo. No me salió nada mal, Eli era una “maestra” excelente. En cuanto todos terminamos, faltarían unos cinco minutos para que el timbre pitara, y la maestra nos dijo que podíamos irnos. Salí y fui en busca de mi próxima clase, que como no sabía cuál era, me dirigí hacia la mía. De camino, sonó el timbre.
-¡Selena!-sonó una voz detrás de mí, la de Eli-¿qué tal el examen?-dijo situándose a mi lado.
-Ah, el examen, me ha salido bastante bien, al menos sé que no suspenderé.
-Genial. Oye, tengo que irme, nos vemos esta tarde en la fiesta sorpresa de Jennifer.
-Claro, allí estaré.
Ella se fue y yo seguí mi camino.
Empezó el segundo examen. Lengua. Súper fácil, se me daba genial, sólo que era más largo, porque tenía la parte de ortografía, la de gramática y la de literatura, pero no sería nada difícil. Al terminarlo, me fui a mi clase, ya que dentro de unas dos horas tenía más exámenes. Se me pasó todo volando, y por fin hice los dos últimos exámenes, el de Inglés y Francés. Después entregué todos los trabajos de las correspondientes asignaturas que no quisieron hacerme examen.
A las dos, llamé a Jonathan para que viniera a por mí, y en unos minutos estuvo allí con la moto.
-¿Está allí Jennifer ya?
-Sí, está muy contenta pero no para de decir que quiere verte.
-Pues ¡vamos para allá!
Me gusta mucho tu historia, te sigo en el tuenti y aquí. Espero que pronto pongas el siguiente :)
ResponderEliminarPasate por mi nuevo blog y me dices que tal.
www.entrelassombras-bea.blogspot.com
Un beso y cuidate!